Una crisis que se extiende por incendios
Los incendios forestales en México son 114 distribuidos en 23 estados, según informó la Coordinación Nacional de Protección Civil. La sequía afecta al 42.8% del territorio nacional. Entre el 1 de enero y el 6 de abril de 2025, se registró una precipitación acumulada de 41.3 mm, un 32.7% por debajo del promedio histórico.
Los estados más afectados incluyen Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Morelos. En Morelos, se reportan 10 incendios, cuatro de ellos en Tepoztlán, con dos ya controlados totalmente. En Amatlán, el incendio ha afectado aproximadamente 750 hectáreas, con solo un 40% en su liquidación.
La respuesta a estos incendios incluye la participación de 3,978 combatientes de la Conafor, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional, la Marina y voluntarios. Además, se han desplegado ocho helicópteros para apoyar en las labores de combate.
Impacto ambiental y social
La sequía prolongada ha tenido consecuencias devastadoras en el medio ambiente y las comunidades. En San Luis Potosí, incendios consumieron sistemas de distribución de agua provenientes de manantiales, dejando a comunidades sin acceso al vital líquido.
La calidad del aire se ha deteriorado en varias regiones debido al humo de los incendios forestales, afectando la salud de la población. En Oaxaca, manifestantes bloquearon carreteras exigiendo acciones para sofocar los incendios forestales, reflejando la desesperación de las comunidades.
La pérdida de biodiversidad es otra preocupación. Los incendios forestales han afectado áreas naturales protegidas, poniendo en riesgo especies endémicas y ecosistemas únicos. La recuperación de estos hábitats podría llevar años, si no décadas.
Medidas y desafíos futuros Ante Incendios Forestales
El gobierno ha activado el Plan DN-III-E, que incluye acciones como búsqueda y rescate, evacuación de comunidades en riesgo, administración de albergues y recomendaciones a la población.
Sin embargo, la magnitud de la crisis requiere una coordinación más efectiva entre los distintos niveles de gobierno y la sociedad civil. La prevención es fundamental: campañas de concientización ante la crisis de sequía, manejo adecuado de residuos y vigilancia pueden reducir el riesgo de incendios forestales.
Además, es necesario abordar las causas subyacentes de la sequía, como el cambio climático y la explotación de recursos hídricos. Políticas públicas enfocadas en la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático son esenciales para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
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