La crisis de movilidad en la zona metropolitana de Monterrey ha alcanzado niveles críticos. A diario, miles de personas se enfrentan a avenidas colapsadas, obras interminables y traslados cada vez más lentos. Ante esta realidad, y frente a la falta de soluciones estructurales por parte del Gobierno estatal, los municipios han optado por una medida de emergencia: los contraflujos. También conocidos como carriles reversibles, se han convertido en una estrategia recurrente para intentar agilizar el tránsito en horarios clave, aunque no atacan el fondo del problema.
Crecen contraflujos en la ciudad a falta de acción estatal
La aplicación de contraflujos se ha intensificado en el último año. Monterrey, San Nicolás y Escobedo ya cuentan con varios tramos habilitados bajo este esquema, mientras que Guadalupe y San Pedro trabajan en implementar los suyos. Esta expansión no ha sido resultado de una planeación regional integral, sino más bien de respuestas aisladas ante la saturación constante en arterias clave.
Los carriles reversibles buscan aprovechar mejor la infraestructura ya existente, permitiendo que en ciertos horarios una vía aumente su capacidad en el sentido con mayor demanda. Sin embargo, su uso requiere condiciones precisas para funcionar correctamente: buena señalización, vigilancia constante y una campaña previa de difusión masiva. De lo contrario, pueden representar un riesgo para la seguridad vial.
La especialista en movilidad de la UANL, Elizabeth Garza, explica que esta herramienta es útil, pero limitada. “El uso de los carriles de contraflujo o reversibles permite optimizar la capacidad de la infraestructura existente, mejorando los tiempos de traslado en esos periodos. Es un procedimiento utilizado en muchos países”, señaló. No obstante, aclara que no deben ser vistos como solución de fondo.

Sin solución al tráfico y el gobierno estatal brilla por su ausencia
Mientras los municipios intentan contener la emergencia vial con lo que tienen, el Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, no ha ofrecido alternativas contundentes para mitigar el problema. La obra pública estatal, en vez de agilizar el tránsito, lo ha complicado más. Ejemplo de ello son las intervenciones en las líneas del Metro, que han obligado al cierre prolongado de carriles exprés en Constitución y Morones Prieto, lo que ha multiplicado el caos vehicular.
El caso más reciente es el del cierre de los carriles exprés en Constitución, que, según estimaciones oficiales, permanecerán clausurados hasta el 31 de agosto. Como respuesta, el Municipio de Monterrey habilitó un nuevo contraflujo en Morones Prieto, desde Churubusco hasta Venustiano Carranza. Aunque útil, esta medida no puede resolver por sí sola el colapso generado por las obras estatales.
Resulta irónico que, mientras el Gobierno estatal presume megaproyectos, sus decisiones afectan directamente la calidad de vida de quienes transitan a diario por la ciudad. Y no se trata de casos aislados. En diferentes puntos de la metrópoli, las acciones estatales han generado embotellamientos prolongados que obligan a los municipios a reaccionar, improvisar y buscar alternativas.
Municipios intentan resolver la movilidad en Nuevo Léon
Monterrey lidera con más carriles reversibles. En Paseo de los Leones, entre Octava Avenida y Francisco Hernández de Córdoba, se aplica el contraflujo hacia el oriente por las mañanas y hacia el poniente por las tardes. La Carretera Nacional también cuenta con uno que opera en ambos sentidos dependiendo del horario y del día de la semana. En Gonzalitos, Chapultepec y Morones Prieto se han habilitado nuevos tramos en respuesta al cierre de carriles causado por obras.
San Nicolás ha optado por aplicar contraflujos por la tarde-noche en Manuel L. Barragán y la Avenida Universidad, mientras que en Acapulco se habilitó uno matutino. Escobedo cuenta con uno por la mañana en el Camino a las Pedreras, entre la Autopista Periférico y el Libramiento Noreste, además de uno temporal en Raúl Salinas y Vía a Torreón.
Guadalupe se prepara para lanzar un carril reversible en Morones Prieto, como medida de apoyo por las mismas obras del Metro. San Pedro también se suma con trabajos para un contraflujo en Vasconcelos, que operará en las tardes durante los días laborales.
Lo preocupante es que, pese a este despliegue municipal, no existe una coordinación efectiva con el Gobierno estatal. Cada municipio actúa por su cuenta, mientras el caos sigue creciendo. No hay un plan integral de movilidad ni una inversión estatal que verdaderamente ataque el problema de raíz.
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